Nuevo centro de rescate animal

Hasta esta semana caminar entre los animales enfermos del Zoológico Nacional era como un paseo silencioso y hasta acongojante. Pero ayer, todo cambió.

El embajador de Estados Unidos en Nicaragua, Robert Callahan, parece entenderse bien con esta lapa, que está en rehabilitación en el Centro de Rescate de Animales. LA PRENSA/C. MALESPÍN

Había que elevar un poco la voz para hablar entre ellos. De hecho, no parecían enfermos. Las loras silbaban, los monos araña se balanceaban de un lugar a otro, los cara blanca satisfacían su curiosidad, y los tucanes irradiaban sus colores.

Casi un centenar de animales maltratados que acoge el zoológico habían pasado de jaulas con limitaciones a otras más cómodas, que pertenecen al nuevo Centro de Rescate de Animales.

En cuanto a las condiciones, fue como pasar de ser atendido en un hospital público a uno privado.

No está mal para animales que llegan con un ala o pata rota, la piel desgarrada, el cuello cortado, o semanas sin comer... hasta que alguien los “libera” de la mala vida o mueren.

“Los animales no tienen voz para pedir ayuda... desde 1998 nosotros trabajamos de noche y de madrugada (para salvarlos)... cuando liberamos a cada uno de ellos, nos sentimos con el corazón lleno o lloramos”, afirmó Eduardo Sacasa, veterinario del zoológico que administra el Centro de Rescate.

Casi 100 animales como, este mono, llegan en promedio cada mes al Zoológico Nacional. LA PRENSA/C. Malespín

Este centro, según Argüello, está equipado con ocho sitios para animales en recuperación, una sala de área, una de recepción de animales, una clínica, un tanque de agua y hasta jardines, ya que también se les da atención psicológica.

A diferencia de lo que podría ser un hospital de animales, este centro no rescata fauna para exhibirla, sino para liberarla en su hábitat natural, dijo Argüello.

Además, les enseña a los animales a huir del hombre, en vez de acercarse, para que no corran el riesgo de ser atrapados nuevamente.

Esto se logra con técnicas que van desde disfraces hasta el tipo de contacto del animal con los humanos.

Dinsmore, que asesoró la creación del centro, afirmó que el objetivo es que se convierta en un modelo a seguir en Centroamérica.

La construcción costó 1.75 millones de córdobas, sin contar con las tres hectáreas de tierra donadas por el Gobierno de Nicaragua.

La edificación fue financiada en su mayoría por la embajada de Estados Unidos. Su embajador Callahan manifestó que el desembolso forma parte de los acuerdos del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, Estados Unidos y República Dominicana, DR-Cafta, que desde su firma, en 2006, suma 77 millones de dólares a la región, en aportes al medioambiente.

Robert Wing, jefe de la División de Ambiente y Comercio, del Departamento de Estado, de Estados Unidos, mencionó que el tráfico ilegal de animales en el mundo solo es superado por los ilícitos de armas y drogas, y que por eso el Centro de Rescate es una forma de contrarrestar el comercio ilegal.

El Zoológico Nacional recibe unos mil animales enfermos, heridos o fracturados cada año.

El 70 por ciento de estos llegan tras ser rescatados del tráfico ilegal. Cada uno puede pasar meses en el proceso de rehabilitación hasta ser liberado en algún bosque.